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El Consejo de Colegios de Enfermería de Castilla La Mancha pide al Presidente de la Junta de Comunidades, Emiliano García-Page, que haga cuantas gestiones sean precisas para proteger con eficacia a los profesionales sanitarios que luchan día a día en primera línea contra la emergencia sanitaria provocada por el Coronavirus, denominado SARSCov-2.

2020 04 carta pageEn una carta enviada el 23 de abril, el presidente del Consejo Autonómico de Enfermería, Carlos José Tirado, en nombre de los cinco presidentes de colegios oficiales de Enfermería de la región, pide al presidente de Castilla La Mancha, “que se articulen las gestiones necesarias que protejan a nuestros profesionales sanitarios como es debido, reconociendo una protección de máximos en los protocolos, dotando del número y calidad necesarios los equipos de protección individual, no recomendando su reutilización y realizando test masivos a los profesionales que están en primera línea combatiendo esta emergencia sanitaria”.

Como representante institucional de los más de 12.000 profesionales de enfermería de Castilla La Mancha, Carlos Tirado pide a Emiliano García-Page, “con serenidad pero con todo el rigor; el esfuerzo necesario para que se profesionalice de una vez por todas la gestión de la pandemia. Nosotros, desde nuestro ámbito institucional como representantes de la profesión sanitaria más numerosa de nuestra región, nos sumamos con lealtad a esa tarea para que, uniendo fuerzas, se puedan adoptar las decisiones necesarias en base a la realidad existente en los hospitales y centros sanitarios”.

La misiva, también se ha enviado al Consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz y la consejera de Igualdad y Portavoz del Gobierno Regional, Blanca Fernández Morena. En ella, el presidente de las 12.000 enfermeras y enfermeros castellanomanchegos, expone las graves carencias a las que se enfrentan los profesionales sanitarios en su trabajo diario. “Todavía hay muchísimos profesionales -explica Carlos José Tirado- que no tienen trajes EPIs adecuados, mascarillas FFP2 o FFP3, batas impermeables, protecciones oculares adecuadas, guantes. Seguimos obligando a los profesionales a jugarse su vida y a poner en riesgo la de sus familias porque al volver a casa conviven con ellos. Tampoco hay test para todos los profesionales sanitarios y, por tanto, en muchos casos no tienen posibilidad de confirmar si realmente están contagiados o no, con el riesgo que esto supone para ellos, para sus familiares y para los pacientes”.

Ante las demandas generalizadas que los enfermeros y enfermeras de la región han ido trasladando a los cinco colegios profesionales de Enfermería, el Consejo de Colegios de Enfermería decidió poner en conocimiento del máximo mandatario castellanomanchego las graves carencias de equipos de protección, que siguen sin solucionarse y que está costando el incremento de las cifras de contagio de sanitarios, especialmente en nuestra región.

Tal y como ponen de manifiesto los datos del Ministerio de Sanidad a día de hoy son 33.153 profesionales infectados, lo que supone ya el 15,91% de los casos confirmados en nuestro país o la última encuesta que ha realizado el Consejo General de Enfermería en la que los resultados preliminares muestran que en torno a 70.000 enfermeras han tenido o tienen síntomas compatibles con la COVID-19.

Los profesionales siguen informando a los cinco Colegios Profesionales de Enfermería, que no tienen material de protección suficiente; que lo que hay lo tienen que reutilizar durante tres y cinco días y que se siguen fabricando batas con bolsas de basura. Para Carlos José Tirado, “es incomprensible -enfatiza- que a día de hoy nuestros profesionales sigan así, sin material adecuado. Son muchos los centros sanitarios que siguen sin disponer de todo el material de seguridad necesario para poder prestar la asistencia sanitaria sin necesidad de jugarse la vida. A Todo ello hay que añadir la precariedad de medios con que trabajan nuestras enfermeras y enfermeros de los centros de atención socio-sanitaria”.

El presidente de la enfermería de Castilla La Mancha finaliza su escrito con la siguiente reflexión: “Vivir a diario el sentimiento de desprotección e impotencia que sufren todos mis compañeros es desalentador, y esta sensación se acrecienta con el paso de los días. Situaciones como ésta resultan absolutamente intolerables”.